OTRAS REALIDADES. ¿Será que existen realidades diferentes a esta que habitamos? Y si es así ¿cómo se accede a ellas? ¿Será por medio de la mente, conjuros o de magia?... ¿O será que aquel asunto está más relacionado con la locura, que con otra cosa?
Esto es algo sobre lo que solo podemos especular. Bueno, especular e imaginar, como, justamente, lo hace King en esta extraordinaria novela.
La historia seguirá a la viuda de un escritor de renombre, a Lisey, quien luego de dos años de haber perdido a su esposo, decidirá al fin hacerse cargo de los escritos personales que su marido dejara.
Que, vamos, en casi todos los casos esta tarea es compleja por la carga emocional que conlleva, empero, en esta ocasión, lo será por otra razón.
Es que, verán, Lisey se topará con un hombre que parecerá capaz de hacer lo que sea con tal de hacerse con los documentos de aquel escritor fallecido. Y, por si esto no fuera suficientemente aterrador, resultará que la única forma que habrá de hacerle frente a dicha situación será viajar al pasado, por medio de recuerdos desconcertantes que tuviera relegados en su mente, todos ellos relacionados con su marido y con un sitio al que este la llevara.
Esta es una novela que mezcla el realismo y el surrealismo, de manera magistral.
Un libro que nos pondrá a reflexionar acerca de lo que significa de verdad el amor y la familia; pero, también, la pérdida, el dolor, la locura y la oscuridad.
Una obra con gran carga introspectiva y suspenso psicológico, que nos presentará un personaje femenino poderoso, valiente y decidido, mas siempre dentro de lo creíble y lo humano. Porque Lisey será una mujer arrojada, sí, pero también con miedos, dudas y conflictos, los cuales, no obstante, llegará a superar apoyada en el amor a sus seres queridos y en la fe; fe en sí misma y en sus convicciones.
Un libro absorbente, narrado en dos líneas temporales, las cuales constantemente se estarán fusionando en una trama que abordará tanto temas mundanos, como otros trascendentales, y otros tanto que en la cotidianidad preferimos ignorar para mantenernos cuerdos.
Puntuación: 5/5