OCULTAR EL ERROR. Siempre estamos tratando de hacerlo. No importa si se trata de un equívoco insignificante, o de un fallo monumental, siempre nos aterra admitir nuestras faltas.
Ya sea porque no queremos mostrarnos vulnerables, porque tememos defraudar a otros, o porque nos atemorizan las consecuencias que podamos llegar a tener, preferimos guardar nuestras equivocaciones para nosotros mismos.
Pero el problema es que encubrir un error no es algo que pueda hacerse fácil y con éxito. Y es que con frecuencia este termina saliendo a la luz, o, como le ocurre a Bran, el protagonista de la presente historia, por intentar mantener un fallo en secreto, terminamos cometiendo un montón más.
La novela empieza cuando Fi regresa a la casa que comparte por turnos con Bram, el padre de sus hijos, y se da cuenta de que unos desconocidos se están mudando allí, alegando haber comprado legalmente la propiedad.
Que, bueno, al principio Fi creerá que se trata de un malentendido, mas pronto, al intentar contactar a Bram, verá que no podrá hacerlo. Al parecer el hombre ha desaparecido, dejándola a ella llena de preguntas y sin saber qué hacer para reclamar sus derechos sobre esa casa que habría sido su hogar durante los últimos años.
Este es un thriller intimista y psicológico, el cual se encuentra contado desde tres puntos de vista, situados en dos líneas temporales diferentes.
Por una parte tendremos una narración omnisciente que nos narrará el presente, que es en donde encaja la situación que acabo de contarles. Luego, por otro lado, hemos de tener los testimonios en primera persona de los protagonistas.
Un libro que nos recordará que la vida es incierta, y que puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos, a razón de errores propios o ajenos.
Una novela que nos advierte sobre los peligros de dejarnos ahogar en silencio por nuestros problemas, en lugar de compartirlos con una segunda persona que pueda ayudarnos a ver la luz al final del túnel, y a ver de un modo más objetivo lo que nos pasa, antes de que aquello se nos salga de control, nos conduzca al límite y nos lleve a rayar la locura.
Puntuación: 3.5/5
No hay comentarios:
Publicar un comentario