Este libro nos presenta la historia de Alejandro, un periodista argentino, a quien un día le solicitan averiguar qué es lo que se esconde detrás de la desaparición de una niña a la edad de un año, y su posterior regreso veinticinco años después.
Alejandro pronto descubre que lo que le ocurrió a Amira, como se llama la chica, no es un caso aparte, puesto que el mismo día desaparecieron cuatro niños más, todos hijos de inmigrantes. Así pues, se da a la tarea de investigar, y para esto acude a un hipnotista, Máximo, para que extraiga recuerdos de la mente de Amira, que le ayuden a resolver el enigma.
Paralelamente a la búsqueda de Alejandro, podemos apreciar apartes de un diario de un tal J.F. Andrew, hombre que aparentemente se encuentra detrás de las desapariciones, con fines experimentales.
El libro tiene 246 páginas distribuidas en 56 capítulos. Encontramos capítulos narrados en tercera persona en tiempo pasado, a través de los cuales avanzamos en el tiempo en el que transcurre la acción; pero también podemos ver capítulos en primera persona, que corresponden al diario de Andrew y a cartas, material con el que vamos reconstruyendo el desarrollo y el desenlace del experimento al que los niños fueron sometidos.
Abordé este libro sin muchas expectativas, pero me sorprendió de manera muy grata. La historia avanza con agilidad y presenta una intriga que acompaña al lector de principio a fin. Los giros en la trama están bien construidos y el lenguaje es sencillo y ameno.
Los puntos que no me llegaron a convencer fueron, en primer lugar, el desarrollo de los personajes, quienes se me antojaron un poco planos; en segundo lugar, la extensión de la obra, puesto que considero que la idea daba para una novela más larga y detallada; y, por último, el final, que si bien es bueno, es abrupto y algo abierto.
Novela recomendada para los jóvenes adultos, que presenta un concepto diferente y que se lee en una sentada.
Puntuación: 4/5
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