PERDER EL TIEMPO. En la época moderna en la que vivimos, en la cual priman palabras como “productividad” y “rendimiento”, es muy usual escuchar y emplear expresiones como “no me hagas perder el tiempo”, “no tengo tiempo para eso”, o el clásico “el tiempo es oro”.
Empero… ¿ustedes se han detenido a pensar que ese bien que tanto queremos proteger y ahorrar en nuestro día a día, de nada nos sirve si lo utilizamos para hacer cualquier cosa, menos lo que nos hace felices en verdad?
Claro, no estoy diciendo que el dinero no sea importante, ni que debemos renunciar a nuestros trabajos para dedicarnos solo al deleite, porque eso no es posible. Lo que digo es que no podemos dejar que el tiempo se nos esfume entre las manos solo buscando cosas como la plata, la fama y el éxito, porque con eso nos estamos negando la posibilidad de estar con amigos, de pasar tiempo en familia, de contemplar la naturaleza, de jugar con nuestras mascotas…
¿Qué? ¿Se sienten identificados con lo que les menciono? ¿Están o han estado tan ensimismados en lo que deben de hacer que han olvidado lo que en realidad importa? Entonces es momento de que hagan un alto, de que reflexionen, y de que lean este libro que ven aquí.
Porque sí, aun estando catalogada como infantil, esta novela nos habla de este tema que tanto afecta a los adultos.
La historia sigue a Momo, una niña muy querida por sus amigos, a la que le encanta escuchar y ayudar a los demás; tanto así que cuando unos hombres grises amenacen con quitarles a aquellos uno de los bienes más preciados que poseen –el tiempo–, la pequeña no dudará en salir en su rescate, para evitar que ellos, y que el mundo entero, caigan esclavos de esos despiadados ahorradores del tiempo, que querrán acabar con la humanidad.
Así comienza, entonces, la aventura de una niña que nos recordará cuál es el sentido de la existencia, y lo que es el amor, la amistad, la valentía y la lealtad hacia los otros y hacia nosotros mismos.
De igual manera, este libro nos transportará de nuevo a la infancia y nos mostrará por qué no debemos perder nunca la inocencia, ni la curiosidad frente a la vida.
Puntuación: 4.5/5
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