PROHIBIR UN SENTIMIENTO. ¿Es posible hacer eso? Pues en teoría sí, sí se puede. Pero a la hora de la verdad, cuando el corazón habla no hay nada ni nadie capaz de hacerlo callar. Y si lo que este tiene que decir está relacionado con el amor, mucho menos.
Porque cuando el amor es auténtico está dispuesto a todo, como nos lo han demostrado Antonia y Nicolás a lo largo de esta historia, y como terminarán de confirmárnoslo en el presente libro.
Y es que, claro, después de que las circunstancias, las leyes, las personas, e incluso el tiempo se hubieran puesto en contra de su relación, como buenos amantes apasionados que son, en esta parte de la serie la humana y el meridio optarán por la clandestinidad, por ocultar su amor al mundo, mas viéndose y consumándolo a escondidas, como mejor puedan.
Sin embargo, ambos sabrán que sus días se les agotan, y por eso empezarán a pensar en un modo de seguir juntos después de eso. Empero aquí las cosas se complicarán, y mucho más de lo que pudieran prever, puesto que además de aquel problemilla, aparecerá otro que no solo pondrá en riesgo su relación, sino también sus vidas y las de todos los meridios.
Así pues, si en los primeros libros la trama se centró casi exclusivamente en los sentimientos de nuestros protagonistas, y en el acercamiento de Antonia a la vida y cultura de Meridia, en este se hallará más enfocada en la acción, el drama, el suspenso, la aventura y el peligro.
Vamos, que hasta “La ciudad oculta” esta tierra de fantasía se nos antojó casi utópica. No obstante, en este libro veremos que hasta las sociedades que aparentan encontrarse más desarrolladas, y ser más perfectas, tienen sus conflictos, sus secretos y sus retos particulares; por lo cual ninguna de ellas está libre de padecer los horrores de una guerra propiciada por malos entendidos, sed de poder, odio y venganza.
No obstante, con todo y lo anterior, al final los meridios no nos decepcionarán, pues aun ante las adversidades se mostrarán mejores que nosotros, y nos enseñarán mucho acerca de la lealtad a la familia, el deber y la rectitud.
Puntuación: 4/5
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