Hay obras que son más conocidas por su película que por su libro y “Expreso de medianoche” es una de ellas. Empero, como yo no suelo consumir medios audiovisuales, como ya les he repetido hasta el cansancio, tengo que confesar que de no haber escuchado, hace mucho tiempo, el título en boca de un amigo, jamás hubiese sabido de ella.
La verdad es que ya no me acuerdo quién fue el que me habló de la historia, ni mucho menos la opinión que esta le mereció. Para ser sincero, ni siquiera estoy seguro de si se refería a la novela o a la adaptación cinematográfica. Tan solo recuerdo vagamente que alguien me mencionó su nombre.
Con todo lo anterior, no les sorprenderá saber que aquella alusión que escuché estaba muy lejos de mi mente cuando me topé con este ejemplar. Solo cuando lo vi se me vino a la memoria el recuerdo, y fue eso lo que determinó que lo leyera.
La historia se centra en la experiencia real del propio Billy Hayes, un hombre americano que en su juventud viaja a Turquía y allí compra una cantidad considerable de hashish, la cual prende a su cuerpo para ingresarla a Estados Unidos con el propósito de consumir una parte, compartir otra, y vender la restante.
El problema viene cuando las autoridades deciden realizar una requisa sorpresiva, en la que le decomisan la sustancia, y es que es a partir de ese momento cuando comienza el verdadero infierno para Billy.
Víctima de violencia, malos tratos, condiciones carcelarias insalubres y leyes arbitrarias, el muchacho hace todo lo posible por recuperar la libertad, acudiendo para esto a varios abogados, a su padre y a sus amigos. Sin embargo, con el tiempo se convence de que la única manera de lograr su objetivo es abordando el “Expreso de medianoche”.
Un testimonio crudo y cargado de dolor, que al mismo tiempo se presenta como una aventura llena de tensión, acción y drama, con descripciones ligeras, ritmo rápido y un final predecible, pero no por eso menos esperado.
Además de entretenerse, con este libro el lector sufre la desesperación que experimenta un preso lejos de su país y de sus seres queridos.
Puntuación: 4/5
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