Entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, existió en el territorio que hoy denominamos como Colombia, un hombre criollo de gran erudición. Su nombre completo era Francisco José de Caldas y Tenorio, y dedicó su vida a la ciencia, a la geografía, a la botánica, a la astronomía, a la ingeniería militar, al conocimiento de la naturaleza y al periodismo. Con todo esto, no es de extrañar, pues, que pasara a la historia del país con el epíteto de “El Sabio”. Sin embargo, pese a sus descubrimientos y trabajos sobresalientes, Francisco José no estaba destinado a vivir mucho tiempo, involucrándose como lo hizo en la causa libertadora. Así, entonces, este relato va a versar acerca de la captura y posterior conducción de este hombre, desde su finca familiar en Popayán, hasta la provincia de Santa Fe, en donde sería juzgado y condenado a muerte.
La narración comienza cuando Francisco José se da cuenta de la presencia de intrusos en su propiedad, que en realidad son gendarmes al mando de la corona española, que ya tienen apresado a su compañero de fuga, Francisco Antonio Ulloa, y que no tardan en hacerse también con su persona.
Con nostalgia, El Sabio se va a encontrarse, pues, transitando por última vez por una tierra que toda la vida se la antojó fascinante, mientras va obsequiando, tanto a sus captores, como a sus compañeros, con sus múltiples conocimientos acerca del firmamento, las plantas y los animales.
Pero bueno, el valor de Francisco José no se encontraba únicamente en su inteligencia, puesto que también contaba con una gran sensibilidad y con un firme sentido de la amistad; cualidades estas últimas que se van a ver reflejadas a lo largo de todo el melancólico viaje.
En esta edición, este relato cuenta con tan solo 75 páginas, y no posee división alguna.
La historia está envuelta en un aura de tristeza, pero, al mismo tiempo, transmite esa alegría que todos debiéramos permitirnos experimentar al contemplar las maravillas del mundo que habitamos, el cual ha sido y sigue siendo descifrado por hombres de ciencia tan valerosos como lo fue El Sabio.
Puntuación: 4.5/5
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