FRANCIA. Lugar idealizado por las almas románticas, pero que como todo lugar en el mundo, habitado por seres humanos, guarda sus trapitos sucios, su podredumbre, sus problemas sociales y políticos, y sus instintos corruptos y despreciables entre sus gentes.
Vamos, pero que esto no es cosa nueva. En realidad, esas épocas pasadas que solemos evocar con nostalgia, que creemos tan bonitas y agradables, y que incluso fantaseamos con haber vivido en ellas, tienen sus lados oscuros y retorcidos como, justamente, nos lo recuerda Stendhal en esta novela en donde retrata su sociedad, la francesa del siglo XIX, con toda honestidad, sin guardarse las hipocresías de la época, las aspiraciones reinantes y lo que prevalecía en los espíritus de la mayoría de sus contemporáneos.
Así, pues, aquí tendremos a Julien Sorel, un joven pobre que querrá seguir la carrera eclesiástica, persiguiendo unos sueños de grandeza y de heroísmo, que nada tienen que ver con una religiosidad auténtica, ni con una fe verdadera; tanto así que cuando decida fijarse en una mujer casada, en la esposa de un hombre que lo acoja en su casa, lo último que lo aquejarán serán remordimientos de consciencia.
Lo que vendrá luego, entonces, será que Julien intentará llevar a cabo un plan concebido para hacer caer a aquella señora prestigiosa en sus manos. La cuestión de que si lo conseguirá o no, y las consecuencias que le traerá este y otros comportamientos claramente reprobables, harán parte de los asuntos más interesantes a los que el lector será invitado a seguir a lo largo de esta obra.
Describiendo a la perfección las costumbres, los pensamientos y los comportamientos de su época, Stendhal nos va a enseñar cómo era esa Francia que él le tocó presenciar. Cómo a las personas no les importaba fingir, engañar, ni manipular para conservar o alcanzar una determinada posición en la escala social.
En este libro encontraremos enredos amorosos, tensiones sociales, ocultamientos, padecimientos internos suscitados por procederes cuestionables, conflictos políticos y aspectos desagradables de la condición humana.
Puntuación: 4/5
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