¿Has tenido alguna experiencia paranormal? ¿Has sentido que alguien te acompaña en una habitación, cuando se supone que deberías estar solo? Pues cosas de este tipo son las que empiezan a pasarle a Naia, la protagonista de la presente historia. Bueno, o también puede ser que, debido a su trabajo y a un evento traumático que se ve obligada a enfrentar, haya comenzado a perder la cabeza y a sufrir alucinaciones.
Pero vamos por partes.
Verán, resulta que Naia se desempeña como médico forense y, aunque nunca ha sido una persona asustadiza, cuando llega a la morgue el cuerpo sin vida de uno de sus seres más queridos, empieza a ver cómo se van intensificando unos fenómenos extraños que la habrían estado persiguiendo en los últimos tiempos.
Sin embargo, Naia se niega a creer que en verdad le estén aconteciendo aquellos hechos paranormales. Claro, es de lo más natural que dude de su cordura, teniendo en cuenta el dolor y el estrés mental a los que ha tenido que hacerle cara en el momento de su vida en el que se encuentra. Empero ¿realmente es cuestión de su imaginación dándole una mala pasada? ¿O será que ciertamente hay algo peligroso y aterrador que la está persiguiendo?
Con una narración sencilla y en primera persona, pero con una capacidad impresionante para cautivar al lector desde la primera página, esta es la primera parte de una historia de terror, salida de la pluma de una de las pocas autoras que le han apostado a este género aquí en Colombia.
Pese a su corta extensión, este es un libro para no despegarse de la silla; para volver a temerle a la oscuridad; para resucitar los miedos que todos hemos llegado a albergar por muertos, sombras y apariciones; para tener pesadillas y despertar sobresaltados creyendo que hay alguien haciéndonos compañía...
Vamos, si es que este es el inicio de una historia absorbente, con la que de verdad vas a sentir que se te va a salir el corazón del pecho. Y no. No exagero. Porque, bueno, ¿acaso pueden haber labor y experiencia más espeluznantes que las de nuestra protagonista? No lo creo, o al menos, no imagino unas que lo sean.
Puntuación: 4/5
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