La primera entrega de esta trilogía, escrita por el autor de Las crónicas de Narnia, nos cuenta la historia de Ransom, un filólogo que es raptado en un paraje apartado, por dos hombres, Devine y Weston, quienes lo llevan con ellos en una nave espacial a otro planeta: Malacandra ( Luego se sabe que es Marte). Al llegar a dicho planeta, Ransom se desembaraza de sus captores, al darse cuenta de que estos pretenden entregarlo como ofrenda. Así, Ransom empieza a conocer las razas que habitan en ese mundo y comprende, sorprendido, que todas ellas viven en paz, bajo la protección de un ser superior, llamado Maleldil.
Ransom pasará por muchas aventuras, antes de encontrarse con el oyerse o gobernante del planeta, quien le revelará que el planeta Tierra, lo conocen en Malacandra como El planeta silencioso, pues se encuentra bajo el dominio de un oyerse malvado, y por ende es el único que no mantiene comunicación con los demás mundos.
Al final Ransom regresará a la Tierra, junto con sus captores, preguntándose si aquella aventura fue real o una mera alucinación.
Este libro cuenta con 228 páginas, agrupadas en 22 capítulos, más una especie de epílogo y está narrado en pasado, en tercera persona. Al igual que Las crónicas de Narnia, esta obra está plagada de ricas descripciones que permiten hacerse una idea nítida de las razas, las especies vegetales, y en general, de todo el mundo que el autor se ha inventado; y, al igual que la serie mencionada, presenta una alegoría acerca de la lucha del bien contra el mal.
La obra me ha gustado como inicio para la trilogía; es entretenida, pero al mismo tiempo profunda. Lewis hace que el lector crea todo aquello que le dice, sin tener que ahondar en grandes conocimientos científicos. La historia avanza rápido y el final despierta el deseo de saber el destino del Universo en esta aventura cósmica.
Puntuación: 4/5
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