En una ocasión un profesor preguntó a un grupo de estudiantes de Periodismo, a quiénes de ellos les llamaba la atención la política. De un curso de treinta, difícilmente, dos levantaron la mano. Después, también indagó por sus conocimientos acerca de nombres y cargos públicos y casi ninguno supo responder.
¿Su conclusión? Que los jóvenes de hoy sienten una inmensa apatía por la política de su país. Empero no los culpó por ello, ni más faltaba. ¿Cómo hacerlo si aquellos muchachos eran hijos de la Violencia? ¿Cómo pedirles que se interesaran por un tema que en una época, no muy lejana, llegó a ser causa de odios, enfrentamientos y muerte?
No obstante, se negó a aceptar la derrota y se dispuso a despertar la consciencia de esos muchachos. ¿Qué cómo lo hizo? Les empezó a enseñar la historia de Colombia, no a partir de hechos aislados e inconexos, sino exponiéndoles los acontecimientos como piezas de un rompecabezas que solo tienen sentido si se juntan.
Pues bien, el presente libro me recuerda a la titánica tarea que emprendió aquel profesor. Y es que aquí Silva nos lleva a analizar, con ojo crítico y tono satírico, lo que ha sido este país desde su conquista hasta la actualidad; cuáles han sido las causas de que hoy estemos tan “jodidos”. Pero, claro, esta solo constituye la brillante pero desalentadora primera parte de la obra, pues más adelante el autor habla de cómo la ficción nos ha servido de terapia, y resalta numerosos personajes, desde escritores, hasta pintores, que nos han ayudado a narrarnos para entendernos.
Lo que sigue después es una selección de 200 de las columnas que Silva ha escrito, a lo largo de diez años, en su paso por el periódico El Tiempo. .
En “Marcha fúnebre”, como se llama el espacio para el que el autor escribe en el diario, el escritor expone sus juicios sobre coyunturas de un país enloquecido, mas siempre conservando algo de esperanza y planteando posibles soluciones.
He de decir que pese a que no comparto algunas ideas de Silva, este tiene toda mi admiración y respeto por tan valiente y extraordinario trabajo.
Puntuación: 4/5
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