El Hobbit (J.R.R.Tolkien)

 Borges decía que “El verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta 'el modo imperativo'”. ¡Y vaya, que tenía razón! Pero no debemos tomar la lectura únicamente como el acto que se lleva a cabo con un texto escrito, pues la palabra tiene un sentido más amplio: leer es interpretar signos.

Aclarado lo anterior y para demostrar la veracidad de la sentencia, les cuento que una vez profesora me hizo ver la primera película que se realizó de esta novela, y solo por eso estuve mucho tiempo rehuyéndole a todo lo que tuviese que ver con la misma. Ya ven: a causa de que forzaron a ver una adaptación cinematográfica, de casi tres horas, por poco dejo de leer al maravilloso Tolkien.

Pero bueno, por suerte cuando la mala experiencia ya se encontraba difusa en mi mente, me topé con este libro y decidí darle una oportunidad. ¿El resultado? Que terminé amando la obra y a sus personajes.

¿Pero de qué va la historia?

Bilbo Bolsón es un hobbit, es decir una raza de hombrecillo de talla pequeña y pies peliagudos que, por lo general, vive de modo apacible en un cómodo agujero. Sin embargo, por las venas de Bilbo corre algo de sangre aventurera y es por eso que cuando un mago lo involucra en una travesía para recuperar un tesoro que un dragón le ha robado a un pueblo de enanos, el hobbit acepta, sin saber que en el camino se encontrará con incontables peligros, pero también con muchas lecciones que lo terminarán transformando para siempre.

Si te gusta la fantasía y no has leído a Tolkien, no sé qué estás esperando, pues ese hombre creó un mundo inmensamente rico, en el que no dejó nada al azar. Y es que en Tierra Media, en donde transcurre la acción de sus libros, no solo encontramos descripciones geográficas magníficas, sino también numerosas razas de criaturas fantásticas, cada una con su historia, lenguaje y costumbres propias. Y, como si fuera poco, las tramas de dichas obras son deliciosas y los mensajes que dejan son grandes y memorables.

Por último, he de mencionar que los hechos narrados en El hobbit anteceden a los que se cuentan en El Señor de los anillos.

Puntuación: 5/5