Montag es un bombero que cuenta con una buena vida, o al menos es lo que da por hecho en medio de una existencia automática en la que genera incendios para exterminar la mayor amenaza del bienestar colectivo: los libros.
Así pues, a cargo de un trabajo que lo divierte, casado con una bella mujer y propietario de una cómoda casa, se supone que este hombre debería ser feliz. Sin embargo no lo es, pero esto no lo advierte sino hasta que es abordado por una extraña jovencita que gusta de observarlo y sentirlo todo, y de hacer preguntas incómodas.
Clarisse, como se llama la chica, siembra, o mejor dicho, despierta la duda que tiempo atrás un anciano suscita en él, y, de esta manera, Montag toma conciencia de encontrarse en medio de una sociedad adormecida que no piensa por sí misma, que solo habla y se preocupa por banalidades, que huye del silencio, que desconoce su historia, y que, en pocas palabras, ha perdido su humanidad.
Pero ¿cómo salir de aquella ola mortífera que por tanto tiempo lo ha arrastrado hacía el vacío? Montag no lo sabe, pero al parecer su subconsciente sí, pues es este el que lo impulsa a rescatar algunos libros del fuego; ejemplares que al arriesgarse a leerlos lo convencen de la necesidad de ir en contravía de lo políticamente correcto, pese a que aquello lo lleve a ser tildado y perseguido como delincuente.
Este libro cuenta con 175 páginas, agrupadas en 3 partes.
Una obra que describe de forma terrorífica una sociedad distópica de la que evidentemente hoy no estamos muy lejos, y es que solo basta con echar una mirada a nuestro alrededor para ver la cantidad de individuos que consumen encantados las diversiones superfluas que los poderosos ponen a nuestra disposición para ahorrarnos la “penosa” tarea de preocuparnos por el sentido de nuestras vidas.
No obstante, pese a esta pesimista premisa, el libro culmina con un aura de esperanza que nos invita, tanto a escritores como lectores, a resistir y a ayudar a nuestro mundo, desde nuestra modesta tarea de conservadores y difusores de las palabras que le recuerdan al género humano su verdadera esencia.
Puntuación: 5/5
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