¿Que los detectives son seres de inteligencia elevada, dotados de capacidades increíbles para encontrar pistas en donde otros no las ven y para resolver misterios que parecen ser insolubles? ¿Que un investigador criminal es un tipo bueno, bien portado y bien hablado que, aunque temerario, no gusta de ensuciarse las manos con su trabajo? Pues qué les dijera... esa es la imagen que uno suele tener de aquellos hombres o, al menos, era la que yo tenía de ellos, hasta llegar al presente libro.
Phillip Marlow es un cínico y algo así como un fracasado en la vida. Es un individuo solitario y aficionado al tabaco y al alcohol. Es un hombre que está dispuesto a arriesgar su pellejo por dinero, y a quien le importa un comino lo que los demás puedan pensar de él. Es un protagonista que no le teme a los enfrentamientos físicos ni verbales y que pasa de lo políticamente correcto.
Y sí: este Marlow bien podría ser un antihéroe, si no fuera por su carisma y por su gracia. Este particular sujeto bien podría ser un villano si no fuera porque, por casualidades de la vida, resulta cazando a los malos... Ya ven: este personaje no es el típico detective bien conducido al que estamos acostumbrados. Él es como es y ya está.
Y bueno, este es, pues, el narrador de la historia aquí expuesta; una de corrupción, violencia, vicios, pornografía, engaños y chantajes. Una que comienza con la preocupación de un anciano padre por un soborno del que está siendo víctima su hija menor y que pronto muta en una compleja trama de asesinatos movidos por pasiones y dinero.
Ya saben que yo no es que guste mucho de las historias en donde reina el pesimismo y la crudeza, pero este clásico de la literatura policiaca me ha conquistado desde las primeras páginas.
Con un ritmo trepidante, diálogos ingeniosos, acción constante, abundante humor y brillantes descripciones de atmósferas físicas y psicológicas, este libro entretiene, a la vez que nos sumerge en una sociedad estadounidense decadente y corrupta, que esconde secretos y personajes claro-oscuros de lo más fascinantes.
Joya del género que recomiendo.
Puntuación: 4/5
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