El libro negro. Deep web y horror cósmico (Ángel David Revilla (Dross))

 

Hace unos años, cuando conocí el canal de Dross, me volví adicto a él. Y eso es mucho decir, si tenemos en cuenta que en esa época yo era un miedoso consumado, que cerraba los ojos hasta cuando el Chavo del 8 se adentraba en la casa de la Bruja del 71.

Ahora bien, en esos momentos no me detenía a pensar en qué era aquello que hacía que siguiera viendo sus videos escabrosos, cuando aquellos incluso me quitaban el sueño si los veía luego de que caía la tarde.

Sin embargo, tiempo después, cuando ya los temas que trata el señor Revilla dejaron de interesarme, me dispuse a descifrar, en retrospectiva, el motivo por el cual este me cautivó en un principio; y no solo a mí, sino a millones de expectadores. La verdad sea dicha, no tuve que devanarme mucho la cabeza para dar con esa razón, puesto que aquella se me mostró más que evidente: el hombre es un maestro para contar historias que atrapan y emocionan al público interesado en materias oscuras.

Así, entonces, pese a que en la actualidad no consumo su contenido, rememorando aquella admiración que sentí hacia su trabajo, quise leerlo para saber si lograba con sus escritos, lo que de sobra alcanza en la plataforma de YouTube. ¿El resultado? Pues que terminé perturbado con imágenes mórbidas y grotescas en la mente, con el estómago revuelto y con los pelos de todo el cuerpo erizados… Sí, como en los viejos tiempos.

Debo de advertir que antes de este libro, no le temía a los extraterrestres; por el contrario, me burlaba de las historias que se han generado en torno a ellos. Esto, sumado al hecho de que la obra posee una portada con cierto aire juvenil, me hicieron creer que sería una lectura poco impactante, para mi ya viejo y experimentado cerebro. Empero no saben lo mucho que me equivocaba.

Leer las cuatro historias que se presentan aquí, es como ver escenas gore en tu cabeza, mezcladas con horribles apariciones de seres dantescos que llevan a cabo las acciones más atroces que una mente puede concebir. Es una obra de terror explícita, no apta para todos los estómagos.

Puntuación: 4/5