Este libro es una precuela de Persona Normal, por lo que no recomiendo ver esta reseña, si no lo has leído aún.
Después de la muerte del tío Paco, Sebastián encuentra una caja en donde halla cuadernos, que no son otra cosa que sus diarios.
En uno de esos diarios nos encontramos el otro lado de la historia de Persona Normal, desde el punto de vista del mejor amigo y maestro de Sebastián.
Asistimos a la vida de un hombre apasionado por el arte, quien ha decidido no tener hijos para no cortar su amada libertad, pero que un día tiene que hacerse cargo de su sobrino huérfano, con lo cual su vida da un giro inesperado y tiene que replantearse muchas cosas acerca de su pensamiento y de su propia existencia.
Esta historia está llena de nuevas aventuras y de aprendizajes diferentes, pero no menos importantes, de los que tuvimos la oportunidad de ver en el libro anterior del autor.
Tiene 156 páginas distribuidas en 15 capítulos, de los cuales el primero está narrado en primera persona por Sebastián, a forma de preámbulo, y el resto está contado por Paco.
A través de este libro podemos conocer mucho mejor a ese personaje que tanto nos enamoró en Persona Normal, podemos dar un vistazo a la otra cara de la moneda, podemos asistir a sus preocupaciones, a su parte más humana, a los defectos que le pasaron desapercibidos a su sobrino y al pensamiento que tenía de la vida.
El lenguaje es sencillo pero ameno, como es característico del autor, lo que hace la lectura ágil pero muy entretenida. Vuelven a aparecer referencias hacia libros clásicos pero también hay guiños hacia la historia presentada en Persona Normal.
Libro recomendado para los seguidores de Taibo, pero también para quienes aún no lo conocen, pues pese a ser una precuela, puede leerse de manera independiente.
Puntuación: 5/5
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