¡Cuán diferentes son las obras que se escriben por amor al arte, de las que que surgen con el único propósito de generarle ingresos económicos a su autor! Y es que en la literatura ocurre igual que en la cocina: los alimentos que las madres preparan a sus familias, suelen tener un saborcillo único que los trabajadores de las grandes cadenas de comida no logran imitar, por muchos ingredientes y condimentos novedosos que estos tengan a su disposición.
Años de experiencia y estudios de mercado, son aquello que las grandes editoriales toman como base para seleccionar qué manuscritos son factibles de ser publicados. El nombre del autor, su popularidad, el género de su obra y el que este emplee fórmulas cuyo éxito ya se encuentre probado, son algunas de las cosas que entran en la lista de cualidades que buscan a la hora de apostar por un libro.
¡Qué ni lo intenten los escritores anónimos que se mueven entre géneros poco comerciales y que experimentan con temas y técnicas novedosas! Ni más faltaba. Esos trabajos, al menos para el mercado, no tienen valor alguno.
Por suerte, cada día son más los autores que no aceptan una negativa como respuesta y que hacen lo que sea para compartir su arte, así como también, los lectores dispuestos a apostar por publicaciones que se salen de esos parámetros de “calidad” editorial. Gracias a eso hoy podemos acceder a libros como los que ven aquí.
“Ebriedad de las fábulas” es la más reciente obra poética de Córdoba, docente y gestor cultural de Riohacha. Aquí asistimos a como un hombre se adentra en los misterios insondables de su propia soledad, para pensarse a sí mismo y a lo que le rodea, con lo que llena de asombro al lector dispuesto a penetrar en un estado más elevado de su conciencia.
Por otra parte, “Dunarianos” es el primer libro de cuentos de Guerra, Licenciado en lenguas modernas, también oriundo de Riohacha. Historias sencillas, de ritmo sosegado, amenas y que mezclan la cotidianidad con el absurdo, es lo que esta corta, pero buena obra tiene para ofrecer.
Puntuación: 4/5
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