El dramaturgo Jacinto Benavente dijo, alguna vez, que ninguna lectura es peligrosa puesto que si el corazón está sano, nunca se va a corromper a través del intelecto. Y, aunque yo estoy totalmente de acuerdo con esta afirmación, también me encuentro convencido de que el fenómeno contrario sí que puede llegar a darse: un buen libro puede influir positivamente en quien lo lee.
Sin embargo, en esta época muchos escritores de ficción parecen no saber el poder del que disponen, y simplemente se limitan a narrar historias atractivas para entretener a un público fácil de complacer. Y es que eso de brindar enseñanzas morales y espirituales no está muy de moda en la literatura contemporánea.
Con esto, no quiero poner en tela de juicio la calidad de los libros que se escriben hoy, mas me veo en el trabajo de hacer una penosa, pero necesaria comparación: mientras la mayoría de obras clásicas están plagadas de valores elevados que llenan el alma y suscitan una provechosa reflexión en los lectores, como es el caso del presente libro, las novelas actuales pocas veces tienen otro propósito que esparcir la mente de estos.
Claro que “Mujercitas” tiene personajes entrañables, escenas inolvidables, descripciones exquisitas y una ternura única; no obstante, para mí su mejor mérito es que enseña o, en todo caso, recuerda a quien se acerca a sus páginas las cosas que de verdad importan en la vida, tales como nunca perder el norte, cultivar las virtudes y combatir los defectos, enfrentar los momentos difíciles con entereza y otorgarle fidelidad máxima a la familia.
Con respecto a la historia que cuenta, es muy sencilla, mas no por esto deja de ser emotiva. Meg, Jo, Beth y Amy son cuatro hermanas que sufren por la partida de su padre a la guerra, pero que aguardan con paciencia su regreso, al lado de una madre que las ama por sobre todas las cosas y que las educa con dulzura pero con firmeza, además de con palabras y cariño, con el ejemplo de su propia persona.
Las chicas, que son bien diferentes entre sí, se van convirtiendo, poco a poco, en mujercitas de provecho y de buen corazón.
Puntuación: 5/5
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