Martina es una joven huérfana, estudiante de un prestigioso internado suizo, en donde gusta de hacer travesuras en compañía de su mejor amiga, Carmen. Ambas muchachas son audaces, pero esto no las exime de sentirse aterrorizadas ante un evento que conmociona a toda la institución.
Este suceso es la llegada de Susana, una nueva alumna, que desde el primer momento manifiesta animadversión hacia Martina. Pero esta no es la razón de que las amigas sientan miedo, pues los verdaderos motivos son el halo misterioso y tétrico que emana la estudiante, sumado a sus costumbres extrañas, propias de un ser sobrenatural.
Así, pronto descubren que Susana es un peligroso Vampyr, pero también se percatan de que existe un individuo que no le teme a la maligna criatura y que, por el contrario, parece gustar de hacerlo para sacar invicta a Martina de las agresiones de las que dicho monstruo intenta hacerla víctima.
Entonces pues, las amigas se sumergen en el misterio y en el peligro, en tanto conocen los secretos de Susana, y en tanto Martina se enamora perdidamente de su protector.
El libro tiene 521 páginas y se divide en 4 partes y 23 capítulos. Está narrado en tiempo pasado y en primera persona, por la protagonista.
Esta trilogía ha tenido muy buenas críticas, por lo que mis expectativas estaban muy altas cuando la inicié, lo que lastimosamente terminó en una decepción para mí.
Sí. Es cierto que la autora logra recrear muy bien la época victoriana en la que se desarrolla la historia; y que, así mismo, existe una buena documentación respecto a los vampiros y a personajes reales como la Condesa Sangrienta. No obstante, no llegué a creerme las situaciones, los diálogos se me antojaron forzados, algunas escenas se me hicieron innecesarias y el final precipitado.
Sin embargo, si la comparo con otros libros del género, es la mejor historia paranormal dirigida a un público joven que he leído. Así pues, la obra me distrajo, pero poco más que eso.
Puntuación: 3.5/5
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