Nadie está obligado a cargar su pasado consigo, si es que aquel es tan horrible que lo hace ser alguien dolido y desgraciado, incapacitado para hallar la felicidad. No. El pasado puede que nos influya, mas nunca nos determina. Como individuos con libre albedrío que somos, siempre podemos elegir ser diferentes y liberarnos de aquello que una vez nos hirió, para, de ese modo, dotar nuestras existencias de otro significado.
Y, bien, ¿qué mejor ejemplo de esto que les digo que el de dos jóvenes que, aun lacerados por el maltrato, el abandono, la pobreza y el odio, logran salir adelante? ¿Cómo no vamos a tomar como modelo de superación, para desprendernos de lo que nos atormenta, una historia de dos muchachos que, después de ser empujados a la guerra y de ser inducidos a convertirse en asesinos, son capaces de dejar las armas a un lado y apostar por el amor?
En este libro, Lara nos ubica en la época en la cual el conflicto armado en Colombia se encontraba en su mayor apogeo; en un tiempo en el que ejército, policía, guerrilleros y paramilitares perpetuaban las masacres más atroces en nombre de unos ideales excelentes que, no obstante, siempre terminaban desdibujándose ante las barbaries que al final cometían en nombre de aquellos.
Así, pues, en este contexto, aparece Mileidy, una guerrillera de dieciséis años, quien, luego de la pérdida de su compañero, decide abandonar las filas y rehacer su vida. Pero la chica no va a estar sola por mucho tiempo, pues pronto se va a topar con Yonbairon, un paramilitar que por ella también querrá huir de la guerra, sin saber que la muchacha hace parte de ese enemigo que tanto le enseñaron a odiar.
Esta es una historia dramática, cruda y conmovedora, que nos acerca a una realidad que muchos jóvenes vivieron cuando en este país reinó el terror; pero, también es una bella novela de amor, perdón y resiliencia que nos recuerda que somos dueños de nuestro propio destino... Aunque, bueno, por otra parte, tampoco deja de advertirnos que a veces nos es imposible escapar de las consecuencias de nuestras malas decisiones.
Puntuación: 4/5
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