MADRES. Se suele decir que son los seres más especiales, cariñosos y generosos que hay; que su amor y su entrega no tienen límites; que son tan bellas y buenas como los mismísimos ángeles...
Pero lo cierto es que, aunque nos gustaría que ellas, las mujeres que nos dieron la vida, fueran perfectas, tarde o temprano tenemos que enfrentarnos al hecho de que no lo son; de que ellas, como cualquier otra persona, tienen fallos y defectos.
No obstante, y aun sabiendo que pueden llegar a equivocarse, existen mujeres que, sencillamente, terminan haciendo una pésima labor como madres, como justo habría sido el caso de Debra McCurdy, la mamá de Jennette.
Todos identificamos a Jennette McCurdy como una estrella de Nickelodeon que nos alegró la vida de pequeños.
Pero lo que pocos sabían era que detrás de esa muchacha que nos hacía reír con su papel de chica problemática, estaba una niña a la que su madre le estaba robando su infancia por meterla a un mundo al que ella no quería pertenecer; una chica que desde muy chica tuvo que lidiar con varios trastornos psicológicos, como el TOC, la anorexia y la bulimia.
Para que se hagan una idea de lo que tuvo que padecer la joven, a causa de su progenitora, les cuento que en el propio inicio de este libro, Jennette nos narra una escena en la que ella tiene la esperanza de sacar a su madre de coma si le comunica que se encuentra en el peso ínfimo que la señora siempre quiso que tuviera.
Y así, con una narración sencilla, pero amena y cargada de una despampanante comicidad e ironía, Jennette nos habla de su vida, centrándose en dos temas que en otro contexto no podríamos ver ni con una pizca de humor: el abuso emocional, físico y psicológico de una madre para con su hija; y el suplicio que es sufrir trastornos alimenticios.
Un testimonio impactante que todos deberíamos leer para hacernos conscientes del daño que podemos llegarles a producir a los niños con nuestros traumas y problemas; para dejar de idealizar a la farándula; y para erradicar nuestro hábito tóxico de juzgar a los otros según cánones de belleza imposibles.
Puntuación: 5/5
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