Mi enemigo mortal (Willa Cather)

 *Libro descargado de Amazon.

Cuando veo que dos esposos pasan de ser los amantes más pasionales, a los rivales más encarnizados, no puedo evitar sentir lástima por ellos. Empero, la verdad es que no suelo compadecerlos por mucho tiempo, puesto que casi siempre me termino convenciendo de que fueron ellos mismos quienes forjaron su destino y, por tanto, que son ellos los únicos culpables de lo ocurrido.

Claro que es factible que a un matrimonio le acaezcan desgracias que, como pudieran ser la pérdida de un hijo o la ruina, no son de su elección y, por consiguiente, no es posible señalarlo de haberlas propiciado. Y, por supuesto, nadie puede negar que ante tales vicisitudes se vuelve complejo mantener encendida la chispa del amor, en lugar de apagarla a punto de indiferencias, disputas y distanciamientos.

No obstante, son precisamente esas, las grandes dificultades, las que ponen a prueba el verdadero afecto, y es que es allí cuando se comprueba hasta qué punto aquellos individuos reflexionaron antes de tomar la decisión de unir sus vidas incondicionalmente.

Es por esto y por la fe que tengo en el amor eterno, que no puedo estar de acuerdo con lo que comunica esta novela. No. Para mí el amor no tiene fecha de caducidad y si es verdadero jamás se va a transformar en odio, como aquí sucede.

Ahora bien, no por disidir en aquel aspecto, he dejado de gozar esta historia que, aunque corta, es muy amena.

La trama gira en torno a Myra, una mujer que lo deja todo para casarse con el hombre que ama y a quien tras los primeros años de haber tomado tal determinación se le ve realmente bien, conforme y feliz. Sin embargo, al término de su vida expresa el arrepentimiento que siente por haberse dejado arrastrar por la pasión juvenil, perdiendo así la existencia cómoda que pudo haber llevado si hubiese renunciado a ella.

Así entonces, en esta obra tenemos el retrato de un personaje complejo, cambiante y susceptible que, a mi parecer, nunca comprendió lo que es realmente el amor o que, si lo supo en algún momento, no fue constante en su sentir y por eso terminó odiándose a sí misma y a su compañero de vida.

Puntuación: 4/5