Ramsés era uno de los emperadores más grandes y poderosos de su tiempo, pero sus hazañas no se limitaron a su vida terrenal, sino que además burló la muerte, bebiendo el elixir de la vida y volviéndose inmortal. No obstante, la mayor parte de su existencia la pasó sumido en un profundo sueño, del que lo despierta, sin saberlo, Lawrence Stratford, un egiptólogo que desenterrará su cuerpo, junto con algunos otros tesoros.
Sin embargo, Lawrence no vivirá para ver el despertar de Ramsés, pero quienes sí lo harán, serán su hija Julie y el despreciable primo de esta, Henry.
Al momento en el que Ramsés regresa al mundo, Julie estará a postas de ser la prometida de Alex, el hijo de Elliot, gran amigo y ex amante de su padre, pero la vuelta del enigmático y bello hombre del pasado lo cambiará todo, despertando en la joven un amor y un deseo irrefrenable, que la llevarán a seguirlo en un viaje que emprenderá para deshacerse de sus dolorosos recuerdos, entre los cuales se encuentra el de un intenso romance que vivió con Cleopatra, cuyo fantasma aún lo perturba.
Este libro cuenta con 565 páginas, agrupadas en dos partes, que a su vez se dividen en capítulos de mediana extensión. Está narrado en pasado y en tercera persona, desde el punto de vista de los personajes principales de la historia.
Este es mi primer acercamiento con la autora, y debo de admitir que me ha sorprendido muy gratamente. Empecé la lectura sin tener muchas expectativas, pero la pluma de Rice me ha cautivado, gracias a los acontecimientos tan inverosímiles pero adictivos que relata.
Es una muy buena novela para pasar el rato. En especial me ha encantado la historia de amor entre Julie y Ramsés, y las aventuras por las que tienen que atravesar a lo largo del libro. Otros puntos a favor de la historia es que no puedes vaticinar su final hasta las últimas páginas, y que combina, con maestría, componentes eróticos, de terror, de intriga y sentimentales.
Puntuación: 4/5
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