Para mí es muy complicado leer un libro sin dejar que este influya en mi estado de ánimo, razón por la cual, después de haber leído unas cuantas novelas de Mario Mendoza, decidí distanciarme de estas, dada la carga tan fuerte de negatividad y pesadez, de las que son portadoras.
Con esto no pretendo poner en entredicho la calidad de la obra del autor, pues no soy quién para juzgarla. No. Lo único que quiero dejar claro es que las tramas y atmósferas oscuras de sus novelas me afectan y me dejan un mal sabor de boca.
Ahora bien, se preguntarán por qué, entonces, he leído los dos primeros volúmenes de su cómic. Y bueno, la respuesta es que tenía curiosidad por conocer esta nueva faceta suya. Además, casi no he leído textos en este formato, y deseo hacerlo.
¿Qué cómo me fue? Admito que fue una experiencia agradable. Se me antojó un trabajo interesante, tanto en lo concerniente a la historia planteada, como a la parte gráfica. Adicionalmente, el hecho de que en menos de una hora haya podido leerme ambos volúmenes, jugó a mi favor para lograr salir casi ileso de ellos, emocionalmente hablando.
La historia que atraviesa las presentes historietas y que conducirán las posteriores, es la destrucción de nuestro planeta.
En “Imágenes premonitorias” nos encontramos con Antonio, un trabajador de clase media que empieza a tener visiones sobre catástrofes, que terminan por afectar sus nervios y sus relaciones, por lo que lo tildan de loco. No obstante, él está tan convencido de lo que ve, que decide emplear sus fuerzas para salvaguardarse a sí mismo y a su familia, cuando llegue el día cero.
Por otra parte, en “Están entre nosotros”, aparece Xavier, un hombre que se ha dedicado por años a investigar y a difundir, por medio de una estación radial, la vida extraterrestre en la Tierra; esto, hasta el día en que él personalmente se topa con dicho fenómeno y debe hacerle frente al mismo.
Puntuación: 4/5
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