¿Cuántos mundos fantásticos conoces? ¿Solo algunos o decenas de ellos? Pues te cuento que sin importar cuál sea tu respuesta, el de este libro te va a sorprender. ¿La razón? Sencillo. Resulta que los universos de las obras más populares del género, tienen su base en la mitología occidental, lo que no ocurre con esta novela, que parte es de la fascinante mitología asiática.
Cada mil años el gran dios Dragón asciende para darle paso a una nueva era. Pero para que esto ocurra sin que la Tierra corra peligro, la entidad debe ser invocada por una persona con alma pura, puesto que en medio del ritual, el dios le concede un deseo al susodicho mortal, sin importar la magnitud del mismo.
Ahora bien, para realizar la invocación es imprescindible el pergamino de las Mil Oraciones. Empero, luego de una era de oscuridad, este ha sido fraccionado y ocultado en sitios diferentes, para evitar que caiga en manos equivocadas.
Uno de aquellos lugares es el templo en el que ha crecido Yumeko, una joven mitad zorro, mitad humana, que usa sus poderes para hacer travesuras, hasta que el destino requiere de ella que cumpla una tarea más elevada: proteger la parte del pergamino que esconden los monjes que la han criado. Esto se debe a que el templo es destruido y Yumeko, siendo la única sobreviviente, tiene que huir con el manuscrito y guardarlo en otro templo.
Sin embargo, Yumeko no puede cumplir sola con la misión, y es por eso que se une a Kage Tarsumi, un samurái con órdenes de hacerse con el pergamino, a quien la chica promete conducir a tan codiciado objeto, ocultándole el hecho de que en realidad lo lleva consigo.
Esta es la primera parte de una trilogía que se encuentra ambientada en un Japón feudal, en el que samuráis, demonios, fantasmas y animales con almas elevadas cobran vida y se enfrentan por obtener un elemento legendario con poder para cambiar el rumbo del mundo.
Personajes entrañables, una trama novedosa, un ritmo trepidante y una ambientación exquisita, hacen de esta una de mis mejores lecturas de los últimos tiempos.
No puedo esperar por leer la segunda entrega.
Puntuación: 5/5
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